El recorrido que se plantea a los visitantes tiene una duración aproximada de 50 minutos y parte de la zona de la rodilla. Allí, se ve la actuación de los glóbulos blancos para curar una herida de astilla. Desde ese punto se sube hasta el útero donde se explica el proceso de fecundación y el posterior desarrollo del feto. En el teatro del aparato digestivo, por su parte, se muestra cómo se produce la digestión y cómo el organismo es capaz de proporcionarnos energía gracias a él.
La visita termina cuando se llega a la cabeza. Una lengua rugosa da la bienvenida a la boca, mientras que en la nariz se aprenden curiosidades como que la velocidad que puede llegar a alcanzar un estornudo es de 300 km/h. Sin embargo, la estrella de esta sección es el cerebro, por su gran complejidad.
En su interior, el museo se vale de pantallas y efectos sonoros para explicar el funcionamiento del organismo.
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